28.6.03

Conspiración

En el Perú, el prestigio de César Vallejo es reconocido públicamente por la comunidad literaria, sin embargo actualmente los poetas peruanos (1) confabulan y socaban la imagen pública del poeta.

Para perennizar su sentimiento del mundo, de la vida y del amor, Vallejo usó el recurso de la poesía. Para el propósito (aparentemente banal) de perennizar su imagen civil, usó la fotografía.

Hace 80 años no existían las instantáneas tal como se conocen hoy debido a que la tecnología de entonces sólo permitía tiempos de exposición relativamente largos. Por lo tanto la POSE tenía una trascendencia probablemente superior a la actual. Las personas con sentido de la trascendencia (justificado o no) tenían que estudiar sesudamente la manera exacta en que enfrentarían esta precaria especie de inmortalidad, la fotografía.

Confieso que no he visto un repertorio muy vasto de fotografías de Vallejo, pero el tiempo siempre hace un donoso escrutinio de todas las fotos, retratos o efigies que pueda haber dejado un ser humano, y quema todas y sólo guarda una.

La foto de Vallejo es Una y la mayoría de los peruanos alfabetos la conocemos. Aparece elegante, enjoyado, hierático, probablemente místico.

Hay imágenes que son equívocas. La de Vallejo no lo es porque puede obtener respaldo en la lectura de su poesía, así que quien haya visto su fotografía no puede concebir la posibilidad de que el poeta haya sido un hedonista. No se le puede atribuir más que las módicas posibilidades de disfrute de un asceta.

Se podría suponer que, puesto que Vallejo sigue siendo figura (2) muy principal, y unánimemente reconocida entre los poetas peruanos, su influencia se hiciera evidente mediante contingentes de poetas avallejados.

Esto ocurrió alguna vez en los 50 y el poeta Neruda, se quejó de que “los que alguna vez nerudearon, hoy vallejan”. Ahora, estaría complacido en comprobar que en el Perú los poetas han vuelto a nerudear, esto es, en el sentido de su adscripción a los contingentes de los poetas epicúreos, dispuestos a confeccionar bellos poemas siempre que gocen de una generosa sinecura y que sea entre una opípara cena y una excitante sesión amorosa.

Esta nueva militancia de los poetas peruanos, se ha hecho tan notoria en los últimos tiempos, hasta el punto de que algunos de ellos se han vuelto teóricos de la gastronomía y lideran y difunden la especie de que en el Perú tenemos la mejor cocina del mundo. De ahí a abjurar de Vallejo, no hay mucho.


-------------------------------------

1) Los poetas contemporáneos y la mayoría de los militantes de la izquierda en el Perú proceden o residen en los mismos barrios. Generalmente en algún momento de sus vidas, los izquierdistas han querido ser poetas y viceversa. Afortunadamente, no han logrado sus propósitos

2) Confieso que quise y me arrepentí de usar “emblemático”, palabra martirizada por los periodistas