19.8.03

OBJECIONES VERDADERAS


Tengo que reprocharme que mis objeciones sean extemporáneas. La noticia de la instauración de la CVR durante el gobierno de Paniagua no se sometió nunca que yo recuerde a un amplio debate público. En apariencie no había necesidad: ¿acaso podría alguien oponerse al esclarecimiento de lo que realmente pasó? ¿Quiénes murieron realmente, quiénes los mataron, dónde ocultaron sus restos?

¿Quien podría oponerse a que, si esto fuera posible, el estado pudiera resarcir a todos los que perdieron algo o a alguien? Claro está, si esto fuera fáctica, humana e históricamente posible. Sin embargo, sostengo que un ciudadano puede ser adverso a la CVR proponiendo razones y sin necesidad de que sobre su alma se haya obrado una posesión demoníaca.

Aquí propongo algunos argumentos:


1) AL PRINCIPIO FUE EL VERBO:

La comisión tuvo el nombre “de la Verdad” y luego “de la Verdad y de la Reconciliación”.

Verdad es una palabra mayor. Y aunque es muy posible que los curas, los evangelistas y los militares no tengan dudas al respecto, los filósofos si saben cuan compleja e inasible suele ser la verdad. Los marxistas, bien entrenados en navegar las agitadas aguas de la dialéctica, tampoco ignoran lo indócil del concepto. Los fujimoristas, finalmente siempre tuvieron un sentimiento muy flexible ante este concepto.

Por la conformación de la CVR, podemos deducir que el informe deberá tener cuidadosos y largos prolegómenos para explicar a qué se refiere específicamente su nombre, irremediable ampuloso y/o efectista. Mi atención estará en la justificación del nombre (que presumo redactará el comisionado Lerner), especialista en filosofía. El trabajo de ponerse de acuerdo entre los miembros de la comisión de notables no ha de ser fácil.

La parte “Reconciliación” es por lo menos tan difícil. Sólo se pueden reconciliar los que se han disputado. Si los que se han disputado son el estado peruano y sendero luminoso, la reconciliación no parece posible. Por otro lado, si planteamos que la sociedad peruana es un grupo en el que hay diferencias irreconciliables, dudo que una junta de notables llamada CVR logre el ansiado sueño de la reconciliación nacional.

Pero el nombre de la CVR ya existía cuando se le propuso a cada comisionado su pertenencia al mismo, el nombre antecede a la creatura, al principio fue el verbo. Mi parecer es que por lo menos algunos de los comisionados tendrían que haberse negado a pertenecer a una institución con un nombre tan controversial.


2) EN EL PERÚ, LAS ENFERMEDADES O SE CURAN SOLAS O NO SE CURAN NUNCA

Es triste, pero la historia del Perú, parece avalar con ejemplos innumerables el cumplimiento de esta cínica ley empírica.

La CVR es producto del trabajo persistente de un grupo de instituciones no gubernamentales que desde los años 80 se ocupa de la defensa de los derechos humanos. Que estas instituciones tienen vínculos con grupos de ideología marxista y con un sector de la iglesia, no es secreto para nadie. Pero ser marxista, como ser aprista, o cura no puede descalificar a nadie.

Habiéndose dado por concluido el período de violencia política, estas instituciones quisieron dar continuidad a su labor de los últimos 20 años impulsando una junta de la más alta credibilidad posible, que aborde la tarea de “cerrar las heridas”, esclarecer los eventos luctuosos que hubieran sido oficialmente ocultados o soslayados, esclarecer la suerte de las personas declaradas “desaparecidas”. Todo esto es absolutamente justificado.

Lo dudoso es que el propósito básico de cerrar las heridas pudiese lograrse.

La situación es previsible y tiene antecedentes cercanos: la presunta curación de las heridas de unos significa de hecho la apertura de nuevas heridas. ¿La misión de la CVR era entonces determinar cuales se abren y cuales se cierran en mérito a la VERDAD?

Se ha dicho que tal misión es absolutamente impostergable y que compromete la continuidad del país como nación.

Es dudoso que tal argumentación desmienta la triste lección de la historia: podríamos ir más atrás pero aceptemos un somero y caprichoso repaso del catálogo de nuestras tragedias nacionales a partir de 1532.

Ese año, en Cajamarca, 400 soldados españoles masacraron a un ejército de 60,000 cuzqueños dando inicio a una proceso de sometimiento que en un siglo y medio causó la merma de la población en 6 millones de personas. Más de 200 años después, en 1781 ocurrió la más importante rebelión india contra el poder español. La represión realista devolvió multiplicadas las atrocidades que se ejercieron y acabó definitivamente con las expectativas de expulsar a los españoles para reinstaurar el imperio de los incas. En las guerras de la independencia no se luchaba más por retornar al incanato: los españoles criollos se habían cansado de pagar tributo al rey. Los ejércitos, en ambos bandos, estaban conformados mayoritariamente por indios, como es natural. La cantidad de muertos es indeterminada. Y la mortandad del pueblo indio y mestizo continuó con las guerras entre caudillos militares.

La guerra con Chile es otra gran tragedia nacional. La muerte, el hambre y la traición afligieron una vez más a nuestro pueblo. Otra vez las víctimas son innumerables. En el año de 1932, llamado "el año de la barbarie", se ejecutó el primer bombardeo aéreo en la historia de la aviación mundial (antecediendo a la tristemente célebre Legión Condor). El protagonista, la FAP. El objetivo: la ciudad de Trujillo en el Perú. Y nunca ninguna de estas tragedias escogidas al azahar necesitó del alivio que le brindara una junta de notables que se dedique a curar esas terribles heridas espirituales. Podemos volver a la actualidad y preguntar con el debido respeto por los muertos: ¿Por qué razón, una guerra mal curada con 25,000 bajas va a interrumpir el inverosímil proceso de construcción de la nacionalidad peruana? La historia del Perú no ha comenzado hace 25 años.

Una comisión de ajuste las cuentas no es mala idea. Pero sostener que la viabilidad de la nación dependa de ello es delirante.


3) LOS “CÍVICOS” (Y LOS CAVIARES) EXISTEN

No sé qué malabar podrían hacer nuestra junta de notables (la CVR) para que sus conclusiones no tengan sesgo político. No creo que tal cosa sea posible.

La institución de la CVR no tiene origen en un evento onírico como el del generalísimo don José de San Martín poco antes de inventar la bandera peruana. Tanto Paniagua como Toledo, cumplieron con acuerdos previos y multipartidarios, compromisos de las mesas de concertación por ante la OEA y que se prepararon en la misma cocina en que se gestó la debacle del gobierno fraudulento de Fujimori.

Los gestores de la CVR no son un misterio: son las ONG de defensa de los derechos humanos vinculadas con rezagos de la izquierda marxista, las organizaciones de los sectores liberales de la iglesia católica, rezagos del movimiento neoliberal que lideró Mario Vargas Llosa en los 90, y los partidos políticos más desgastados durante el período fujimorista y durante el régimen en curso.

El informe de la CVR es por lo menos el intento de escribir un acta fundacional de un novedoso (peron nada nuevo) movimiento político que es a su vez heredero de una largamente asentada tradición.

Los medios de comunicación adictas al fujimorismo acuñaron hace tiempo el término “cívico” para denominar a un grupo que sin pertenecer al partido de gobierno, era muy influyente y participaba de una considerable cuota de poder. Fernando Vivas, periodista de Caretas, publicó su mortificación por denominar con ese término a los “demócratas de centro”. No les agrada la denominación “cívico”. Pero es imposible negarles el atributo de la sustancia: los “cívicos” existen. Les tenemos que denominar provisoriamente de esa manera hasta que ellos mismos tomen un nombre que les parezca apropiado.

Gracias a la CVR la opinión pública en el Perú se ha polarizado. No me parece que esto sea necesariamente malo. Muchos jóvenes hallarán que la política no tiene que ser algo repugnante, y que mientras más personas de sólida moral adopten la lucha política, tanto mejor para la sociedad.

El insigne pintor Fernando de Szyzslo afirma sin ápice de malicia en una entrevista periodística:
“... no se puede vivir de espaldas a lo que pasó si queremos ser un país viable algún día. Hay tres conjunciones en contra de la CVR: en primer lugar los apristas, en segundo lugar algunos militares y en tercer lugar, por supuesto, la mafia del fujimorismo. A ninguno de ellos le interesa que se sepa lo que pasó.”
(El Dominical de diario El Comercio 24-8-03)

La obra de Szyzslo se inspira en el pasado prehispánico, sin embargo parecería que nos quisiera convencer de que la historia del Perú empezó en los 80. ¡No “vivir de espaldas a lo que pasó” implica mucho más que ocuparse de los últimos 20 años!

Su mensaje es claro, sólo hay UN tipo de peruano que desea la viabilidad de la nación. A ese tipo no pertenecen ni apristas, ni algunos militares, ni mafiosos fujimoristas. No hay medias tintas. Los únicos que desean y tienen lugar en un país viable sólo pueden pertenecer a uno, el mejor de los grupos en que está dividido el país: el de los buenos.

Ese es el lado siniestro del asunto. La separación del cosmos entre dos bandos irreconciliables: los ejércitos angélicos y las hordas satánicas. En esta idea hay una nota de conservadurismo tarado y despreciable: la voluntad de repetir al infinito las miserias de nuestra historia.


4) Cómo escoger los miembros de una junta de notables en el Perú

(continuará)

22.7.03

LA DIMENSIÓN INTOLERABLE


Mi primer recuerdo de una vívida sensación tridimensional no es del plácido espacio en que transcurrimos.

Procede de unos curiosos instrumentos parecidos a binoculares que un hombre exhibía sobre una pequeña mesa, a la salida de la escuela. Los extraños aparatos servían para ver el contenido de unos discos con temas propios de aquellos notables días: La Cenicienta, Pinocho, La Bella Durmiente y otros menos conocidos de la constelación Disney. Ese aparato (que deseé pecaminosamente) me enseñó la profundidad del mundo.

Aprendemos que el mundo es tridimensional, y en cierta forma podríamos decir que esto nos consta ya que nuestro organismo cuenta con los dispositivos sensoriales para atestiguarlo.

Pero estos dispositivos actúan de una manera errática y desconcertante.

Algunas figuraciones del futuro postulan fotografías y cine tridimensional. No dudo que técnicamente esto sea factible. Dudo que tales inventos puedan llegar a tener alguna utilidad. Especialmente en lo que concierne a reemplazar lo que conocemos como cine y a su moroso sucedáneo la televisión.

Recuerdo un programa de TV de la exitosa serie de Los Simpson. En este episodio, Homero atravesaba una puerta que separaba un mundo bidimensional a un mundo tridimensional y se convertía ante nuestros ojos, de un simpático tontón en una engendro monstruoso. Este es un caso de que nuestra preferencia por la añadidura de la tercera dimensión no es omnímoda.

Además. “ese 3D” no es real. Usa de los programas informáticos de modelación y animación 3D en que la perspectiva y la iluminación acentúan la ilusión de profundidad. Pero es evidente que el plano de la pantalla se mantiene inconmovible.

R. Joffé dirigió a mediados de los 80 una película llamada La Misión. En ella, De Niro es un español del siglo 18 que en un momento de cólera incontrolable mata de una estocada a su propio hermano. El instante inmediatamente posterior a la muerte, cuando cede la ira y la reemplaza una palpitante, intolerable lucidez, fue filmado por el director de fotografía Chris Menges mediante un procedimiento de movimientos simultáneos de signo contrario: la cámara se aleja del sujeto cuando al mismo tiempo el lente “entra” en zoom-in. El movimiento, muy cuidadosamente ejecutado, no altera el tamaño del asesino en la pantalla. Lo que si se altera es la “profundidad de campo”. Se opera un cambio en el tamaño y en la nitidez de los fondos que provoca una especie de descompresión de la imagen o la repentina aparición de la profundidad. Mucho conviene este artificio para recrear la sensación del momento en que el personaje enfrenta a lo irreparable.

He sido testigo de muchos momentos como este. Siempre ocurre como una repentina profundización del universo. Como si nuestra pequeña pantalla cotidiana explotara en una profundidad infinita para dejarnos más indefensos ante el inexplicable cosmos.

Los momentos de descubrimiento inesperado, glorioso o demoledor, tienen el mismo efecto. También ocurre en los viajes, cuando a la vuelta de unas horas de avión, todo es nuevo y distinto a nuestro paisaje cotidiano. Lo mismo ocurre en el retorno después de una ausencia prolongada.

Pero la asombrada constatación que ha dado lugar a esta nota es que estos momentos horrorosos o espléndidos en que el mundo se enriquece con una nueva dimensión, tienden a no duran mucho. Estos momentos de cristalina nitidez, ceden pronto de su máxima tensión y retornan a su flacidez original.

La realidad poblada de ansiedades con sus reclamos utilitarios y apetitos minúsculos, nos restituye a nuestra modesta y sólita bidimensionalidad.

El mundo en 3D es insostenible. Es claro que los humanos a pesar de vivir en ella estamos dotados de la desconcertante capacidad de suprimirla.
Aunque la conocemos, no nos es posible sostener la percepción clara de esa tercera dimensión.

Sin embargo exigimos un sucedáneo notoriamente falso, pero tolerable: por ejemplo video juegos 3-D.

El mundo propone esta curiosa paradoja. Vivimos en un mundo real tridimensional pero estamos dotados de procedimientos anti-perceptivos para cuasi suprimir una de las dimensiones de este mundo. Por otro lado nos precipitamos hacia nuestros monitores o pantallas de video que en su inalterable platitud miman una realidad 3-D.

La voluntad de jugar, es un gran impulso para la industria de las computadoras. Los programadores de video juegos exigen cada vez más capacidades a los fabricantes de tarjetas gráficas. Estas deben poder crear en los monitores imágenes ilusoriamente tridimensionales “que sean cada vez más realistas”. Para eso se requiere de procesadores gráficos cada vez más rápidos y poderosos. Al otro extremo de esa cadena hay un insaciable jugador anhelante de los modestos atisbos de tridimensionalidad que le han sido deparados.

29.6.03

El cine inmóvil

¿Quiénes tienen la razón, los millones de personas que en el vasto mundo afirmarían sin dudar que el cine y la televisión son imágenes en movimiento, o los pocos miles de ingenieros y filósofos que ante tal afirmación esbozarían una sonrisita conmiserativa y explicarían que sólo existen las imágenes fijas y que “la imagen en movimiento” no es más que una ilusión?

Es verdad que los ingenieros y los filósofos no mienten porque “la imagen en movimiento” no es más que la sucesión de numerosas imágenes quietas. Cuando pasan a la velocidad adecuada, nuestro cerebro, gracias a una dichosa imperfección hace que las veamos continuas y en movimiento.

Cuando se permite aflojar los sólidos lazos que lo atan al cotidiano mundo, el filósofo talareño Rogelio Llanos suele decir : “entre la realidad y la ficción… prefiero la ficción”.

Comparto con él la opinión de que la estofa de la que está fabricada la inquietante realidad es la ilusión.

28.6.03

Aniversario

Por estos días, Condorito ha cumplido 50 años.

Felicidades, querido Condorito.

Conspiración

En el Perú, el prestigio de César Vallejo es reconocido públicamente por la comunidad literaria, sin embargo actualmente los poetas peruanos (1) confabulan y socaban la imagen pública del poeta.

Para perennizar su sentimiento del mundo, de la vida y del amor, Vallejo usó el recurso de la poesía. Para el propósito (aparentemente banal) de perennizar su imagen civil, usó la fotografía.

Hace 80 años no existían las instantáneas tal como se conocen hoy debido a que la tecnología de entonces sólo permitía tiempos de exposición relativamente largos. Por lo tanto la POSE tenía una trascendencia probablemente superior a la actual. Las personas con sentido de la trascendencia (justificado o no) tenían que estudiar sesudamente la manera exacta en que enfrentarían esta precaria especie de inmortalidad, la fotografía.

Confieso que no he visto un repertorio muy vasto de fotografías de Vallejo, pero el tiempo siempre hace un donoso escrutinio de todas las fotos, retratos o efigies que pueda haber dejado un ser humano, y quema todas y sólo guarda una.

La foto de Vallejo es Una y la mayoría de los peruanos alfabetos la conocemos. Aparece elegante, enjoyado, hierático, probablemente místico.

Hay imágenes que son equívocas. La de Vallejo no lo es porque puede obtener respaldo en la lectura de su poesía, así que quien haya visto su fotografía no puede concebir la posibilidad de que el poeta haya sido un hedonista. No se le puede atribuir más que las módicas posibilidades de disfrute de un asceta.

Se podría suponer que, puesto que Vallejo sigue siendo figura (2) muy principal, y unánimemente reconocida entre los poetas peruanos, su influencia se hiciera evidente mediante contingentes de poetas avallejados.

Esto ocurrió alguna vez en los 50 y el poeta Neruda, se quejó de que “los que alguna vez nerudearon, hoy vallejan”. Ahora, estaría complacido en comprobar que en el Perú los poetas han vuelto a nerudear, esto es, en el sentido de su adscripción a los contingentes de los poetas epicúreos, dispuestos a confeccionar bellos poemas siempre que gocen de una generosa sinecura y que sea entre una opípara cena y una excitante sesión amorosa.

Esta nueva militancia de los poetas peruanos, se ha hecho tan notoria en los últimos tiempos, hasta el punto de que algunos de ellos se han vuelto teóricos de la gastronomía y lideran y difunden la especie de que en el Perú tenemos la mejor cocina del mundo. De ahí a abjurar de Vallejo, no hay mucho.


-------------------------------------

1) Los poetas contemporáneos y la mayoría de los militantes de la izquierda en el Perú proceden o residen en los mismos barrios. Generalmente en algún momento de sus vidas, los izquierdistas han querido ser poetas y viceversa. Afortunadamente, no han logrado sus propósitos

2) Confieso que quise y me arrepentí de usar “emblemático”, palabra martirizada por los periodistas

9.6.03

En el siglo XVI Descartes postuló que la residencia del alma estaba al centro de la cabeza, ese es el probable origen de nuestra opinión actual. Pero en la antigüedad clásica y en el medievo los hombres creían que la sede del alma era el corazón.

Por este presunto error la antigua palabra “re-cordar” procedente del latín, tiene el sentido de “devolver al corazón” lo que antes estuvo ahí.

El cineasta Luis Buñuel en sus memorias se refiere a la amnesia que su madre padeció al final de su vida en la más rigurosa de sus variedades (que impide recordar hasta lo ocurrido en el instante inmediatamente precedente). La vida de la buena mujer era una versión poco envidiable de ese eterno presente que tanto fascina a filósofos, teólogos y poetas.

Acaso al otro extremo, a un personaje inventado por Borges, le estaba vedado el olvido. Y estaba condenado a la convivencia con la suma total de sus recuerdos, masivos y simultáneos hasta el vértigo. Absurdamente, el personaje pugnaba por disminuir al mínimo la producción de nuevos recuerdos, para no añadir a su desmesurado bagaje.

Los “famas” de Cortazar coleccionan sus recuerdos en frasquitos que ordenan primorosamente en anaqueles con cartelitos clasificatorios que dicen cosas como “caluroso verano del 79” o “baile de despedida de la promoción del 92”. Los “cronopios” por el contrario los tienen sus recuerdos desordenados en el lugar menos adecuado.

En el corazón o en la cabeza, en mi caso personal, los recuerdos se apilan a un paso razonable y se encienden y apagan aleatoriamente como luciérnagas a la hora del ocaso algunas veces, y otras menos felices, como delgadas llamaradas a pleno sol. Así está bien y así me agrada que sea.

Pero me asustan los rituales de evocación obligatoria y pública. Por ejemplo las reuniones de antiguos amigos que se vuelven a encontrar después de tiempo, y donde es inevitable y hasta obligatorio acordarse de todo lo posible, corrigiendo, mejorando, o hasta inventando recuerdos mas decorosos.

Esta fobia es, al parecer, es una grave irregularidad en mi personalidad. Creo que me expone demasiado, pero seria inútil que intentara ocultarla. Y pueda que esta confesión eche demasiada luz sobre mi historia personal (nada que ver), y que mis amigos con tendencia a la práctica ilegal de la sicología, me agobien con sus interpretaciones.

Pero ya esta dicho. El hecho es que el viernes pasado fui invitado a la casa de Bea (para decir la verdad, no fue ella la que me invito, sino un buen amigo mío, cuya vocación por la vida social admiro y envidio). Yo sabia que la reunión también iba a marcar el reencuentro de un famoso trío de voces femeninas que por los años 80 conmovieron el ambiente canoro de la Universidad Católica. Pero lo verdaderamente terrorífico del caso es que no tenía dudas acerca de qué especie de música “tendríamos” que cantar: horror de horrores, la especie llamada “música latinoamericana” de los 70.

La que en estos días se denomina “música latinoamericana” es casi exclusivamente música boliviana. Se baila con coreografías demasiado cuidadas y sus letras adolescen de una lírica recargada y dulzona. La de entonces –la de los 70– era un curioso híbrido chileno-argentino-boliviano, su inspiración y temática eran fervorosamente políticas y su discurso decididamente telúrico o cósmico, según se quiera ver.

Con el transcurso del tiempo, la interpretación de esta música se ha ido reduciendo a ambientes de mayor intimidad política, de comunidad generacional y se ha asociado a la ingesta de considerables cantidades de bebidas alcohólicas.

En las reuniones sociales de círculos feminista, por ejemplo, he logrado percibir algunas etapas que se repiten con regularidad. En algún momento las participantes tendrán que hablar de los viajes que han realizado en este año. A lo más, el año pasado. Qué lugares del mundo y qué lujosos hoteles conocieron. A los que no viajamos muy seguido ya no nos provoca para nada mencionar el viajecito que hicimos hace ya demasiados años, y tenemos que darnos maña para que la etapa del baile llegue cuanto antes. Pero inevitablemente llega un momento posterior en que las aguerridas feministas, ya bien entonadas, arracancan con la “música latinoamericana” y hasta pueda que terminen dando vivas a agrupaciones de izquierda que hace muchos años dejaron de existir.

Este, o uno parecido era el futuro que sabía que me esperaba cuando acepte ir a la casa de Bea. Pero no fue tan grave. Yo también canté (me sé bien todas las canciones). Toqué las maracas y un improvisado sucedáneo del cajón (aunque en realidad soy bongocero). Y fuimos tolerablemente felices.

Como en tantos otros casos, mi cabeza está en serias desavenencias con mi corazón.

29.5.03

MI GENTE !!!

He puesto un contador que me permite saber que desde su debut hace unos 10 dias, mi blog ha sido visitado unas 15 veces (de las cuales, debo confesar, unas 8 deben haber sido visitas de mi mismo por una necesidad muy primitiva de corroborar que mi weblog aun estaba ahí.)

Pero las otras 7, si son visitas de verdad.

Debere acostumbrarme a la idea de que ya tengo un publico, aunque muy chiquitito. Y estoy experimentando esta curiosa sensacion de “estar publicado” que debe ser un factor sicologico muy importante en todo este acontecimiento de los blogs.

Asi que esto me anima a no dejar de escribir. Al fin y al cabo, ahora me debo a mi publico!

24.5.03

¿A QUIEN NO LE GUSTA LA MUSICA?

Fui testigo silencioso de una disputa de opiniones sobre las canciones y la musica que ocurrio anoche.

D. sostenia con cierta ansiedad que a ella la conmueve la música como a cualquier persona, pero que cuando se trata de juzgar una canción, considera que la cosa primordial es la letra. V.y G. afirmaban que la musica es lo mas importante de las canciones y que cuando a uno le gusta una cancion, al menos al principio, lo primordial es la musica. El juicio de la letra viene despues, si acaso.

La segunda de las opiniones explica que a uno le puedan gustar las canciones en breton o en griego (aunque no entendamos un carajo de estas lenguas), y que haya canciones que nos gustan de toda la vida y que un dia descubrimos que tienen una letra francamente imposible.

De ahí en adelante nos siguen gustando como antes, pero muchas veces las ocultamos, y a veces las ponemos y las oimos tratando que nadie nos descubra. Asi, en secreto, las vamos queriendo mas.

Sepan que me manda amor
Que de tan dulce querella
A nadie de cuenta d’ella
Por que la sienta mayor…
(Gutierre de Cetina, creo)


Escuchando la “Misa en Re” de Beethoven, hace algunos an~os, descubri sin que nadie me lo ensen~e, que la voz humana (latin, en este caso), diciendo palabras comprensibles o no, es un instrumento mas de la orquesta y probablemente el predilecto para los humanos oidos. Y creo que el entendimiento del significado de las palabras, si las hay en una cancion, solo puede an~adir y muy raras veces sustraer.

Tambien salio de la conversación de anoche que el aprecio por la musica es una terrible exigencia de nuestra cultura. Nadie esta dispuesto a confesar llanamente que NO LE GUSTA LA MUSICA. Por otro lado, y lo digo sin lograr sustraerme a la soberbia, es claro que hay personas negadas, no digo para la practica de la musica, sino para su apreciación. Personas que no pueden hacer diferencias y que tratan de pasar piola en el mundo prestandose las preferencias del projimo.

Yo supongo que estas personas se sienten mal porque se consideran minusvalidos. Es como haber nacido con una gran nariz pero sin la capacidad de oler.

Personalmente yo los acojo sin dudarlo en la humanidad. La completitud es una ilusion, y nuestra integridad incluye nuestras carencias.

Me gustaria conocer alguien que sepa y afirme con honestidad que NO LE GUSTA LA MUSICA.

22.5.03

Anoche he empezado mi descubrimiento personal del mundo, pequen~o todavia, de los bloggers peruanos. Me he alegrado de encontrarlos porque se me hacia dificil imaginar el mundo de los bloggers hablando de una cotidianidad diferente de la propia.

Algunos mongos pueden llenarse la boca hablando de la "aldea global", pero al final siempre se trata de nuestra pequen~a aldea real. Por lo menos hasta ahora me parece que los blogs funcionan mejor en el ambito de la provincia. He visitado algunos blogs espan~oles y su interes solo llega a discreto.

Cuando un naufrago lanza una botella al mar, su esperanza es que llegue a las riberas adecuadas.

Encontre que en la ciudad de Arequipa se publica un simpatico blog. Se llama "El Refugio" y se dedica a difundir su entusiasmo por Tolkien y, entre otras cosas, a compilar el catalogo de los bloggers peruanos.

Ahora debuto en poner algunos enlaces al costado, metiendo la cuchara cuidadosamente en el HTML.

La maravilla continua.

21.5.03

En busca de la biodiversidad

Marco R. es una persona de agobiante elocuencia. En apariencia es un hombre cultivado, aunque que su interes principal parece ser sofocar cualquier atisbo de silencio que sea capaz de detectar en cualquier lugar en que se halle.

Coincidimos ayer por casualidad en la casa de un amigo común. También estaba presente un famoso "danzante de tijeras".

Sin duda, este Marco tiene expectativas muy homogenizantes respecto a sus projimos ya que, aunque poco nos conocia ni a mi, ni al danzante, se puso a hablar repentinamente de una manera muy descalificadora -en realidad, ferozmente injuriosa-de los miembros del partido aprista, antiguo partido politico peruano que actualmente lidera la oposicion al gobierno.

Sucede que yo soy una persona APRISTA, asi que me parecio razonable ponerlo en su conocimiento ya que se trataba de insultos muy violentos. Sin duda era justo informarle que sus asperas expresiones me involucraban. Le dije que soy aprista, y el buen Marco R. rio de buena gana, penso que estaba bromeando y continuo insultando a "los apristas".

Tampoco estaba en sus calculos que el danzante de tijeras fuera un aprista (en realidad nunca supimos si lo era). El hecho es que, en principio, el suponia que en la casa del antiguo izquierdista donde nos encontrabamos no cabia la posibilidad de que se produjese "un aprista"; y en segundo lugar, poco le importaba que el danzante o yo pudieramos serlo.

Tengo que decir, sin embargo, que estoy convencido de que el tal Marco M. no tenia ninguna intencion en injuriarme y que no es especialmente estupido ni malvado.

Por lo tanto debe haber algo muy malo alrededor de todo esto.

19.5.03

Hola, hace unas semanas lei en el numero del aniversario 10 de WIRED sobre los blogs. Me llamo poderosamente la atencion que algo que yo habia imaginado posible (y deseable) hace algunos an~os cuando recien me hice usuario de internet, hubiera llegado a hacerse realidad y que se hubiera convertido en un comentado fenomeno en la red.